El tema de la Semana de la Familia

"Revitalizar la Familia hoy

Retos-Compromisos"

Somos conscientes que, como Iglesia sinodal, nuestra encomienda es anunciar la belleza y verdad del evangelio, en medio de una sociedad poderosa, materialista y casi sorda a los valores humanos y cristianos.

¡Cultivar la vida interior!

Cultivar la vida interior de forma personal y familiar, reconociendo la necesidad e importancia de la oración en la familia, y familiarizándonos con la Palabra de Dios, con la reflexión y meditación en familia. El cuidado de la dimensión espiritual del ser humano es esencial para alcanzar una vida equilibrada y armoniosa. 

¡La educación y la sociedad!

La educación es un derecho humano y los principales educadores en el ámbito familiar son los padres, los cuales tienen el derecho–deber de orientar todos sus esfuerzos y voluntades para que la persona adquiera herramientas que le ayuden a desarrollarse de una forma cada vez más plenamente humana y cristiana, comprometida con el bien común de la sociedad. 

¡La bendición en la familia!

A la luz de la Sagrada Escritura, tomamos consciencia del amor gratuito e incondicional de Dios, a la luz de la fe, que se expresa y encarna en sus bendiciones (protección, ayuda, cuidados y beneficios). Y a dirigir nuestra mirada al buen Dios, proclamando su bondad, grandeza y misericordia, aprendiendo a dar gracias constantemente por sus beneficios, tributándole culto, adoración y candando sus alabanzas, con el compromiso de orientar la propia vida en fidelidad a Dios.

¡Revitalizar los valores en la familia!

Gabriel Marcel, filósofo existencialista francés, decía ya en 1933 que la jerarquía de valores está invertida, y “se confunde el ser con el tener”, en una sociedad subjetivista y materialista como la nuestra donde parece que es más importante el tener que ser, es necesario volver a la familia, que es el centro de formación de las futuras generaciones, pues en ella radican los cimientos para la educación en valores que contribuirán al desarrollo armónico de una sociedad saludable y virtuosa como la necesitamos hoy más que nunca. 

¡Formar para servir!

La autenticidad del amor se expresa y encarna en hacer el bien al otro y se concretiza en el servicio a los demás. Jesús nos dice: ¿Quieres ser el primero? Sé el último. ¿Quieres ser la gran cosa, o quieres ser grande? Sirve a todos, sé un servidor. ¿Quieres ser el número uno? Sé un esclavo. Da el primer paso en servir a todos sin excepción, esta es la lógica del evangelio. 

Los temas de la Revista

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